Ayer salí a dar un paseo por el pueblo en el que vivo y decidí hacer unas fotografías que se que os llamarían la atención. Se trata de estas señales de tráfico que llevan años y años colocadas en los árboles, de tal forma que éstos, al crecer, parece que se las han ido comiendo.
Resulta increíble, y os aseguro que no es ningún montaje, pero yo no había visto nada parecido hasta que me vine a vivir aquí. Ya de paso os diré, que el pueblo se llama Águeda del Caudillo, situado a escasos kilómetros de Ciudad Rodrigo. Se trata de un pueblo muy pequeñito y tranquilo, cercano al río y con muchísimas zonas para disfrutar de las maravillas de la naturaleza.
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