He leído varios artículos que se han escrito sobre el dibujo infantil y su evolución a lo largo del desarrollo del niño. Me han parecido bastante interesantes y he decidido recalcar algunos de los aspectos que más me han llamado la atención sobre ello.
Para empezar, con apenas un año y medio de edad, los niños pueden expresarse mediante lápices y un papel, dibujando garabatos. No pretenden representar nada, simplemente son eso, garabatos. De hecho, muchos psicólogos opinan que no se debe preguntar a los niños qué han dibujado, ya que los pequeños no han tenido la intención de representar algo en concreto.
Poco a poco, estos garabatos van tomando formas tan pronto como el niño se desarrolla. De hecho, en torno a los 3 años de edad, algunos dibujos nos muestran figuras más delimitadas en las que es posible encontrar algún parecido con la realidad.
A partir de este momento, el niño perfila los dibujos, los depura, aumentan los detalles plasmados en el papel, hasta que llegamos a un dibujo totalmente consolidado en torno a los 6 o 7 años.
Cabe destacar que esta evolución no es igual en todos los niños, puesto que el desarrollo es distinto en cada uno de ellos. Sin embargo hay un aspecto que todos los niños tienen en común con respecto al dibujo: les permite expresar cantidad de sensaciones y emociones, representan su mundo interno.
El niño, generalmente, es capaz ya de dibujar una línea vertical al año y medio; la horizontal y el círculo a los dos años; la cruz a los tres; el cuadrado a los cuatro y el rombo a los siete años.
Espero que os haya resultado interesante, pero quiero que sepáis que podéis encontrar muchísima información sobre este tema en la Web y en libros de Psicología del Desarrollo y Evolutiva.
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