Como es típico en Semana Santa, he hecho torrijas. Me enseñó mi abuela cuando era pequeña, y me gustaba mirar como las hacía y, por supuesto, luego comerle alguna que otra. Pero llevo unos años que soy yo la que se pone manos a la obra a hacer torrijas, para que luego puedan probarlas mi familia y amigos.
Se trata de una receta muy fácil, económica y simple. Voy a describiros en pocas palabras como las hice y, por supuesto, si tenéis alguna duda, preguntadme lo que queráis. Sin embargo hay ingredientes que pueden variar y, como a todos los platos, tú le puedes dar tu toque personal.
El ingrediente principal es el pan, ya que podemos hacerlas con una barra de pan especial para torrijas (disponible en prácticamente todos los supermercados en estas fechas) o bien una barra de pan de un par de días antes de la fecha de elaboración de las torrijas. Además, necesitaremos: leche, azúcar, canela en rama, huevos, aceite, agua y miel.
A continuación ponemos la leche con el azúcar y la canela en rama a calentar, sin necesidad de que ésta llegue a cocer. lo retiramos del fuego y quitamos las ramas de canela, puesto que sólo pretendemos que le de un toque de sabor. Por otro lado, batimos los huevos. Empezamos a untar el pan, primero en la leche y después en el huevo, con mucho cuidado de que no se nos rompan las rebanadas, puesto que se suelen reblandecer. Calentamos el aceite en una sartén, y nos ponemos a freirlas.
Cuando estén doradas las sacamos de la sartén y las dejamos enfriar un poco durante unos 5 minutos. Por otro lado calentamos una reducción de agua y miel a partes más o menos iguales. Sumergimos las torrijas previamente fritas en esta nueva reducción de miel.
¡Ya están listas! Solo nos queda esperar a que se enfríen para poder saborear esta deliciosa receta totalmente apta para golosos. ¡Qué aproveche!
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